lunes, 1 de septiembre de 2014

Entrevista en ceroveinticinco


Natalia Massei es escritora y profesora de idioma francés. Alumna del taller literario de Marcelo Scalona, publica en las contratapas de Rosario12, coordina una café literario en lengua francesa y acaba de publicar en “Antología Rosario: Ficciones para una nueva narrativa”, un libro que recopila a jóvenes escritores rosarinos con mayor proyección. Así, abarca distintos universos: el de la narrativa, el idioma. Y atraviesa esos continentes y atmósferas -pequeñas, efímeras, de una latencia poderosa -sin dejar nada por nombrar.
Nombre: Natalia Massei
Edad: 32
Ciudad de origen: Rosario
Profesión/actividad: Escritora; Profesora en francés.

¿Qué leías en tu infancia y adolescencia?
De la infancia, recuerdo los clásicos de la colección Billiken: Oliver Twist, Mujercitas, Moby Dick; y también la colección Elige tu propia aventura, una serie de libros, que aparecieron en los ochenta, en los que el lector, a medida que avanzaba, tenía que elegir entre diferentes posibilidades que determinarían el rumbo de la historia. Más cerca de la adolescencia, recuerdo el deseo y la avidez por la lectura. En mi casa no había biblioteca, ni muchos libros en general, así que para mí la lectura tenía el condimento de lo extraordinario en varios sentidos. Hay un libro que quedó en mi memoria como un símbolo de esa búsqueda: una suerte de manual escolar, que había pertenecido a mi mamá, que reunía textos de la literatura universal de todos los géneros y épocas: Miguel Cervantes, Dante Alighieri, José Hernández, Horacio Quiroga, Alfonsina Storni, etc. No sé qué entendía o qué encontraba en esos textos pero los leí miles de veces. En la adolescencia leía, sobre todo, a los grandes escritores latinoamericanos: Cortázar, Borges, Gabriel Gracía Marquez, Alejandra Pizarnik…

En tus escritos partís, generalmente, de una escena cotidiana, ¿qué características debe tener para que se constituya en relato?
Me resulta difícil explicarlo, de hecho, es una pregunta que me hago. Creo que hay características propias de la escena que, en determinada circunstancia, se encuentran con una percepción atravesada por cuestiones personales, afectivas, un estado de ánimo, a veces cierta incomodidad… Es decir, hay una carga semántica y afectiva en ambas dimensiones: la imagen y la percepción. Si trato de desandar un poco el proceso, podría decir que parto de pequeñas escenas triviales, puede ser un flash, una visión fugaz o una situación que me sugiere una grieta hacia una dimensión más profunda en la que vibran sentidos intensos, trascendentales. A mí me gusta pensar esas escenas como texturas porosas por donde se filtran cosas que no se ven a simple vista, los bordes entre lo banal -que puede pasar desapercibido- y lo extraordinario, el entramado complejo detrás de cada gesto. Sí hay algo que se me aparece siempre en esas percepciones: cierta ambigüedad o versatilidad de una escena. Se trata de momentos cotidianos que pueden albergar el germen de otra cosa: la ternura, lo siniestro, lo épico… Y luego hay un modo de mostrar, acercando el foco hasta la saturación de un detalle que se torna revelador en el sentido que mencionaba antes.

Coordinás un Café literario en francés desde 2008. ¿Cómo es escribir y hablar en diferentes idiomas?
Creo que cuando se incorpora como algo cotidiano, es un poco como desdoblarse y pensar con la cabeza propia pero en una sintonía diferente. El pasaje de un idioma al otro implica un cambio de estructura, más allá de las similitudes que pueda haber en cada lengua. Uno usa otras palabras, otros modos de decir, habla con un tono de voz diferente en función de la modulación, experimenta otros rituales comunicativos. También se trata de un ejercicio y un entrenamiento permanente, hay momentos del año en los que por mi trabajo, leo más en francés que en castellano. En esos casos, volver a la lectura en mi idioma es como un recreo, un descanso de ese viaje hacia otra lógica discursiva.

Si tuvieras que elegir un año importante de tu vida (preferiblemente hasta los 25 años) ¿Cuál elegirías y por qué?
Antes de los 25 años, recuerdo con mucha intensidad un período entre 2002 y 2003. Para mí fue un momento en el que confluyeron circunstancias sociales y personales que marcaron el rumbo de los años siguientes. Veníamos del 2001, de un clima de apatía y hastío muy presente en mi generación. Recuerdo una sensación compartida de aplastamiento y de futuro borroso. Después de la crisis, el estallido social, la tragedia, se produjo un quiebre: cierta efervescencia de la calle, las asambleas barriales, la búsqueda de nuevos paradigmas y prácticas de construcción colectiva. En ese contexto, conocí a quien es aún hoy mi compañero y juntos viajamos y vivimos varios meses en Europa llevados por cuestiones de estudio y trabajo diferentes para cada uno, en las que nos acompañamos mutuamente. La experiencia de vivir en otra parte fue un aprendizaje no sólo en relación a otros modos de ser y estar en el mundo, sino también la ocasión de replantear elecciones de vida.

¿Quién es Natalia Massei?
Alguien que busca la simplicidad y no la encuentra...!

Entrevista realizada por Ariel Zappa
http://www.ceroveinticinco.gob.ar/page/especiales/id/28/title/Entrevistas-en-ceroveinticinco.-Hoy%3A-Natalia-Massei.
2012 © Secretaria de Cultura y Educacion Municipalidad de Rosario. Santa Fe. Argentina.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario