jueves, 24 de julio de 2014

Tatuada [Fragmentos #3]

        El segundo fue Roly, en el tobillo derecho, que inauguró una seguidilla de nombres, la mayoría intrascendentes en su vida, todos escritos en su cuerpo. Mati, en el otro tobillo; Adrián, centrado en la pantorrilla izquierda.
       Con los primeros decidía dónde tatuarse de acuerdo a un criterio estético, elegía el lugar que le pareciera más lindo, más sexy, más cool. Con Nico la serie cambió. Empezó a jerarquizarlos por lo que habían significado para ella. Si se trataba de un hombre importante en su vida, ocuparía un lugar privilegiado en la foja de su cuerpo. Más cerca del corazón, si lo había amado; el pubis, la cola, los senos, si la relación había sido sexualmente intensa, pasional más que amorosa. También estableció subdivisiones, tatuarse una zona donde resultara más doloroso, combinado con otro criterio de relevancia, representaba lo más alto en la escala. Con el tiempo y la práctica, fue además incursionando en nuevas tipografías y variando los colores que pronto entraron en su sistema de ordenamiento. A Nico lo colocó encima de su pecho izquierdo: área de alta sensibilidad al dolor, cerca del corazón y de los senos. El primer hombre que amó.